Saltar al contenido

Los padres del silencio. Carlos Llavata

  • por

Aquí contesto a una publicación de una maestra que hace hincapié de la precariedad en la que se encuentran el sistema publico de educación por motivos de agenda y financiación (que tiene mucha razón por cierto), pero yo hago hincapié en lo que los papas hacemos, nuestra posición real en el problema.

 

Pero correctísimo y faltaría escribir/debatir más sobre la otra parte, no la política, que sabemos que es incapaz (por intereses obvios), de invertir en la dinámica educativa moderna y actualizada con los tiempos, y se opta por el «aprendizaje loro», me refiero a la otra parte, a los padres/madres, los del «silencio consciente» que son esa mayoría callada,  correcta, la de mantener un perfil bajo, por el temor a ser vistos, a  significarse por que las posibles consecuencias en el cole hacia  la  hija (protegida) podrían ser incomodas como mínimo.., verme perjudicado, (aunque perjudicados ya estemos, da igual), escogimos, los papis/mamis, la invisibilidad institucional o pública como patrón de procedimiento, ya que esta posición discreta y mediocre es esperanzadora, cómoda, mientras la vida pasa y el potencial de los niños irremediablemente se disipa al igual que el futuro de nuestro país, y es que yo, me niego, no quiero pertenecer a esos otros grupos de padres que explotan sin esconderse con esa pasión, que a pesar de sus razones evidentes, acaban estampándose contra el muro de lo evidente, aparecer, hacer visible la causa, y se revientan contra el muro infranqueable de la indiferencia, la nuestra, la de los compis papas/mamas callados, ya que a pesar de sabernos, pretendemos que no, esto no va conmigo, no quiero hacerme notar, pude que me afecte y entonces mi hijo.., ayudar será batalla perdida, y por lo tanto, preferimos vivir con la escondida e irremediable sensación avergonzante antes que dar el paso, ah… ni quiero pertenecer  a ese otro que han aceptado en voz alta (correcta aceptada institucional) y vía whatsapp eso si, (por que una reunión se hace impensable) con frases lapidarias, seudo políticas y convenciéndose de que su niño/niña va muy bien  (entiendo yo que «va muy bien» significará que ese niño no da problemas y no sufre discapacitación alguna…) Por que no se trata de que «no da problemas», si no pensar en el potencial educativo que les estamos obviando. Yo no responsabilizo totalmente a los profes programáticos ni a los que están quemados(cada año si estas trabajando aceptas las condiciones!), cansados de no poder disfrutar de tal sagrada y responsable profesión, ni tan siquiera hablo del otro margen, al subterfugio educativo de gobierno que es capitulo aparte,  yo me responsabilizo a mi mismo en lo que me toca, por ser un padre del silencio, por permitir tácitamente callado, el ser cómplice de que esto siga ocurriendo cada día y de no poder ofrecer  alternativa alguna, pero en silencio y sin que nadie se entere pienso o digo: «a mi hijo ya me lo educaré yo».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *